Hoy, al contrario de todos los post que he publicado hasta ahora, os vengo a hablar de un problema, que no es típico de niños, sino de adultos. Os vengo a hablar de un problema que viven 420.000 personas en España y que cada año se dan más de 100.000 nuevos casos.
Hoy os vengo a hablar del Daño Cerebral Adquirido (DCA) y sus consecuencias a nivel visual. Para que comprobéis, que la terapia visual, no solo es útil en niños, sino que se pueden beneficiar personas de cualquier edad, y este es un claro ejemplo.
Y como sé que la historia real de Nerea que conté en el pasado post del Síndrome de Streff os gustó y os sirvió de manera práctica a identificaros con muchos síntomas, hoy también comenzaré con otra historia real, pero esta vez en forma de vídeo, para que de manera práctica comprobéis cómo la terapia visual y la optometría puede, literalmente, cambiar y mejorar vidas en estos pacientes.
Espero que os guste la historia de Helena, un caso que fue muy especial para mí y a la que, desde aquí agradezco por ofrecerse a contar su testimonio y su experiencia con la optometría y la terapia visual tras el DCA que sufrió ¡Espero que os guste y os sea útil!
Índice del artículo
1. Introducción
El Daño cerebral adquirido es una lesión repentina en el cerebro. Se caracteriza por su aparición brusca y por el conjunto variado de secuelas que presenta según el área del cerebro lesionada y la gravedad del daño.
Estas secuelas pueden provocar anomalías en la percepción, alteraciones físicas, cognitivas y emocionales. La principal causa de daño cerebral es el ictus, seguida de los traumatismos craneoencefálicos y enfermedades como las anoxias, los tumores cerebrales o las infecciones.
Más del 35% de las personas que sufren un daño cerebral tienen menos de 65 años, por lo que se hace indispensable que estos pacientes tengan acceso a una rehabilitación lo más completa posible para poder sentirse útiles y que puedan volver a realizar las máximas actividades que realizaban antes de la lesión.
Visualmente hablando, tal y como cuento en el post ¿Qué es la visión?, recordemos que el 80% de la información que recibe nuestro cerebro tiene un componente visual (figura 1) y que hay más de 90 vías neurológicas relacionadas en el procesamiento de la información visual.

Es decir, que la visión se encuentra en todo el cerebro, y por tanto es muy difícil que un daño cerebral no afecte ningún área relacionada con la visión. Bien sea a habilidades de eficacia visual o de procesamiento de la información visual.
Lo que ocurre es que en muchas ocasiones, el daño no produce problemas tan obvios como una bajada de agudeza visual, sino que es un daño funcional que afecta a otro tipo de habilidades visuales y que, por desgracia, ni pacientes ni otros profesionales relacionan con la visión.
El principal propósito de este artículo es informar tanto a pacientes como a todos los profesionales involucrados en la rehabilitación de estos pacientes, de las consecuencias a nivel visual que pueden presentarse tras un daño cerebral adquirido y cómo desde la optometría y la terapia visual podemos ayudar a estos pacientes para aportarles una mayor calidad de vida y que puedan volver a realizar (dentro de las posibilidades de cada caso) aquellas tareas que antes hacían.
Pacientes con secuelas visuales tras daño cerebral, suelen ser vistos por diferentes profesionales de la visión (oftalmólogos y optometristas), el problema es que muchos de estos profesionales no tienen el conocimiento y la experiencia necesaria para evaluar y tratar algunos de los síntomas funcionales que estos pacientes experimentan.
En estos casos, es necesario acudir a optometristas especialistas en terapia visual o, como dice la literatura, neuro-optometristas para hacer una correcta y completa evaluación de todas y cada una de las habilidades visuales funcionales y perceptuales que puedan estar afectadas en estos pacientes.
Además de lentes y lentes de contacto, los neuro-optometristas también utilizamos más herramientas como prismas para compensar posibles secuelas en el campo visual o filtros selectivos para reducir síntomas de fotosensibilidad o, como herramienta más potente, disponemos de la terapia visual con el objetivo de aprovechar al máximo toda la visión sana para compensar el problema.
Sin embargo, siempre es fundamental la actuación previa a toda rehabilitación por parte del neurólogo u oftalmólogo para conocer el origen y la dimensión de la afectación o para conocer cualquier sintomatología fuera de la norma que pudiera aparecer dentro del proceso de rehabilitación. (Daño cerebral adquirido, un acercamiento a la neuro-rehabilitación integrativa)
El tratamiento multidisciplinar en los casos de daño cerebral adquirido, como véis, es fundamental para atender las necesidades funcionales del paciente.
Considero importante poner en conocimiento este tipo de consecuencias visuales porque muchas veces se pasan por alto y en muchas ocasiones puede ser la clave para continuar la rehabilitación con otro profesional de manera exitosa, ya que, una alteración visual funcional puede interferir en el proceso de rehabilitación del paciente, ya que alterará la habilidad de integrar la visión con otros sistemas como el kinestésico, el vestibular o propioceptivo, alternándose así, por ejemplo,el equilibrio o la coordinación (Figura 2), y en muchas ocasiones no se tiene en cuenta que la visión es una de las piezas fundamentales para un buen equilibrio.

Un estudio encontró que muchos pacientes refieren dificultades visuales meses e incluso años después del daño cerebral. Encontraron también que la derivación al optometrista oportuno fue realizada más por miembros de la familia y rehabilitadores que por el médico (Hallazgos neurooftalmológicos en traumatismo craneoencefálico) .
Además, otros estudios demuestran que muchos de los profesionales involucrados en la rehabilitación no están familiarizados con la evaluación y las opciones de tratamiento de problemas visuales en pacientes tras daño cerebral adquirido. (Rehabilitación de la visión: un tema pasado por alto en el entrenamiento y la práctica fisiátrica).
De ahí la importancia de poner en conocimiento estas secuelas visuales y sus opciones de tratamiento para una correcta derivación de estos pacientes.
Por todo ello, en este artículo, comenzaré explicando cuál es el protocolo que sigo en consulta ante este tipo de pacientes, para después contaros los principales síntomas visuales que puede experimentar un paciente tras un DCA y las habilidades visuales que se pueden ver afectadas según el tipo y localización de DCA sufrido. Todo ello, como siempre, desde la evidencia científica.
2. Protocolo optométrico ante pacientes con Daño Cerebral Adquirido.
El cuestionario previo a la cita junto con la historia clínica o anamnesis en casos de daño cerebral adquirido considero que es la parte más importante de la evaluación ya que, gracias a hacer determinadas preguntas concretas, el paciente suele empezar a relacionar ciertas dificultades (que antes no relacionaba) en su vida diaria con la visión.
Además, otras veces ocurre al revés, y son los pacientes los que, gracias a informar abiertamente de sus dificultades, ayudan al optometrista a saber el problema visual que puede estar presentando el paciente.
Por ello, en mi consulta, antes de la primera visita de evaluación, los pacientes deben rellenar un cuestionario específico dónde se incluye: el tipo de daño cerebral, fuente de derivación, historia médica, medicación actual, servicios de rehabilitación recibidos, los síntomas visuales más comunes tras un daño cerebral y qué problemas visuales son los que le están afectando actualmente en la vida diaria del paciente.
Durante la primera visita, para mí es importante conversar con el paciente sobre el cuestionario (Figura 3). Es importante saber el tipo y lugar de la lesión para saber qué áreas relacionadas con la visión pueden estar afectadas.

También es importante saber el tiempo que ha pasado del daño, ya que a veces los síntomas mejoran en los primeros 6 meses. Pero, en otras ocasiones, los síntomas visuales se presentan de forma crónica durante años después de la lesión (Rehabilitación y tratamiento de la disfunción visual después de una lesión cerebral traumática).
Es importante saber la fuente de derivación, ya que, como hemos explicado anteriormente, muchas veces la visión interfiere en el proceso de rehabilitación de estos pacientes.
En el caso de ser derivado por otro profesional, o en el caso de creer que la visión está afectando a otro servicio de rehabilitación, es muy importante la comunicación con dicho profesional para informar del pronóstico del paciente e ir juzgando conjuntamente los progresos en la rehabilitación.
También es necesario saber la medicación actual del paciente ya que existen muchos fármacos utilizados tras daño cerebral que producen efectos secundarios visuales que es importante tener en cuenta.
Pero sin duda, mis objetivos principales de la primera entrevista son, primero, que en esa primera entrevista, el paciente se sienta escuchado y comprendido para crear un clima de seguridad sobre el que trabajar las dificultades concretas que presente el paciente. Esto es muy importante ya que, desafortunadamente, como en el caso de Helene que habéis podido ver al comienzo, muchos pacientes que acuden a consulta me transmiten su impotencia al no corresponder los objetivos del profesional con los del propio paciente.
Y segundo, saber las actividades visuales que el paciente antes hacía y tras el accidente no puede o le es difícil realizar. Esto servirá tanto a paciente como optometrista para marcar los objetivos comunes (de optometrista y paciente) del tratamiento.
3. Síntomas visuales típicos tras un DCA.
Tener unos síntomas u otros tras un Daño Cerebral Adquirido va a depender principalmente del área de la lesión. Los pacientes con DCA pueden presentar infinidad de síntomas relacionados con la visión, pero en resumen, desde mi experiencia y buscando en la literatura, las quejas más comunes son (Daño cerebral adquirido, un acercamiento a la neuro-rehabilitación integrativa):
Visión borrosa de lejos y/o cerca |
Visión doble en cerca y/o lejos |
Dolores de cabeza |
Sensibilidad a la luz |
Fatiga visual tras tareas que requieren esfuerzo visual |
Problemas con el cálculo de distancias |
Pobre fluidez y/o comprensión lectora |
Mareos, vértigos, pérdida de equilibrio |
Dificultad al bajar o subir escaleras |
Sensación de que el suelo “se hunde” |
Sensación de que los objetos están en una posición diferente a la que creo |
Pérdida de campo visual |
Chocarse con objetos o personas al caminar |
Afeitarse solo un lado de la cara |
Problemas para conducir |
Incapacidad para realizar 2 o más cosas simultáneamente. |
Incapacidad para reconocer un objeto entre otros similares |
A continuación veremos las diferentes habilidades visuales que se pueden ver alteradas tras un daño cerebral y las herramientas optométricas más utilizadas en cada caso.
4. Habilidades visuales que se pueden alterar tras un Daño Cerebral Adquirido.
4.1 El estado refractivo
El estado refractivo es lo que comúnmente llamamos la graduación y esta puede verse alterada de diferentes maneras tras un accidente cerebral.
Un estudio encontró que el 50% de los pacientes tras daño cerebral necesitan prescripción de lentes y en otro estudio se indicó que en el 88% de los casos los pacientes alcanzan una agudeza visual del 100% con su corrección en gafas o lentes de contacto. Esto nos indica que una gran cantidad de síntomas visuales en estos pacientes pueden ser resueltos con una buena corrección del estado refractivo. (La aparición de disfunciones oculares y visuales en una muestra de paciente con lesión cerebral adquirida) (Hallazgos neurooftalmológicos en traumatismo craneoencefálico) .
Es importante tener en cuenta que muchos pacientes tras daño cerebral presentan fluctuaciones en la visión significativas, por lo que es importante en estos casos la revisión de la agudeza visual y de la gradación cada uno o dos meses para modificar, si fuera necesario la graduación hasta que la visión se estabilice. (Neuro-Optometric Rehabilitation, 3rd Edition):
Además, para muchos pacientes tras daño cerebral, pequeños cambios refractivos pueden significar una mejora muy significativa en la claridad y el confort de su visión.
Otro aspecto a tener en cuenta por el neuro-optometrista en estos pacientes es la recomendación sobre el tipo de lentes a utilizar. Uno de los problemas más comunes tras un daño cerebral es la pérdida de campo visual, las limitaciones en los movimientos oculares, la pérdida de movilidad para andar y la sensación de desequilibrio que experimentan estos pacientes.
Por tanto, lentes progresivas serán completamente desaconsejadas debido a la distorsión y desenfoque en la visión periférica que producen estas lentes que pueden empeorar los síntomas de estos pacientes. Dichos pacientes deberán utilizar una gafa para cada distancia en la que tenga problemas (lejos, intermedio y/o cerca).
Sin embargo, en otros muchos casos, la movilidad no se ve afectada y si se afecta la capacidad cognitiva de los pacientes. En estos casos, si se recomendarán lentes progresivas o bifocales para que no tengan que recordar qué gafa usar para cada tarea.
4.2 Sensibilidad al contraste
Otra habilidad que puede verse afectada tras un daño cerebral es la sensibilidad al contraste. Un estudio indicó que el 62% de los pacientes tras un accidente cerebro-vascular, con lesión en los lóbulos occipital, temporal y/o parietal presentan disminución de sensibilidad al contraste. (Un modelo jerárquico para la evaluación y el tratamiento de la disfunción de la percepción visual en la lesión cerebral adquirida en adultos, Parte 2)
La pérdida de sensibilidad al contraste hace perder calidad de visión a los pacientes pero puede no suponer una disminución de agudeza visual. Por lo que, muchos pacientes referirán síntomas de mala calidad visual aún con un 100% de agudeza visual.
En estos casos, filtros selectivos en gafa (Figura 4) pueden mejorar el confort visual de estos pacientes.

4.3 Estado sensoriomotor
La evaluación del estado sensoriomotor es la evaluación de las habilidades de eficacia visual, tal y como expliqué en el post “Problemas visuales infantiles de 6 a 14 años” , e incluye la valoración de los movimientos oculares (fijación, seguimientos y sacádicos), la binocularidad (capacidad de coordinación entre ambos ojos) y la capacidad de acomodación o enfoque (amplitud y flexibilidad de enfoque).
Las regiones cerebrales más involucradas en la función de estas habilidades visuales son: el lóbulo frontal, parietal y el cerebelo. Cualquier mínimo daño en alguna de estas áreas puede provocar diferentes niveles de déficit en la función visual.
4.4 Función oculomotora
Los problemas típicos de la oculomotricidad tras un daño cerebral son déficits en las fijaciones, seguimientos y/o sacádicos. Puede verse afectada tanto la habilidad para comenzar el movimiento, como la latencia o la precisión de dichos movimientos. Y, como consecuencia de estas dificultades afectará a la atención visual del paciente en tareas como la lectura, deportes etc.
La función oculomotora está controlada por las siguientes estructuras: colículo superior, lóbulo frontal, lóbulo temporal, lóbulo parietal, sistema reticular y cerebelo . Cualquier daño en algunas de estas estructuras interferirá en la calidad de la función oculomotora y los pacientes presentarán dificultades en actividades cotidianas como la lectura etc. (Un modelo jerárquico para la evaluación y el tratamiento de la disfunción de la percepción visual en la lesión cerebral adquirida en adultos, Parte 2)
La principal opción de tratamiento en estos casos es la terapia visual con el objetivo de desarrollar unos patrones de movimientos oculares más sistemáticos y organizados. El objetivo de la terapia visual siempre será potenciar al máximo lo sano para compensar lo dañado y conseguir así un sistema visual lo más eficaz posible.
4.5 Función binocular
Existen dos posibles tipos de disfunciones binoculares: no estrábicas y estrábicas.
En las no estrábicas, existe una desviación no manifiesta (no se observa a simple vista) de los ejes visuales, mientras que en las estrábicas si existe desviación manifiesta (Se observa a simple vista) (Figura 5).

Tras un daño cerebral adquirido, la disfunciones binoculares no estrábicas mas frecuentes son: la insuficiencia de divergencia en visión lejana y la insuficiencia de convergencia en visión cercana. De hecho, estudios científicos establecen una incidencia del 40% de insuficiencia de convergencia en pacientes tras traumatismo craneal. (Insuficiencia de convergencia en pacientes con daño cerebral)
En cuanto a las desviaciones estrábicas, un estudio encontró que el 75% de los traumatismos craneales cerrados con parálisis de nervios extraoculares se resolvió espontáneamente entre los 6 meses y el año después del daño. (Hallazgos neurooftalmológicos en traumatismo craneoencefálico) .
Sin embargo, si la desviación no desaparece y la magnitud de la desviación se estabiliza el tratamiento más efectivo es la cirugía y la terapia visual post-cirugía para educar al cerebro a utilizar ambos ojos de manera eficiente y mejorar el resultado de la cirugía (tamaño de la desviación, frecuencia de visión doble, confort visual y evitar la necesidad de realizar mas cirugias).
Desde la neuro-optometría, las opciones de tratamiento para disminuir la severidad de los síntomas en problemas binoculares son:
- Prismas fusionales para corregir la visión doble
- Oclusiones: parciales o binasales
- Cirugía de estrabismo + terapia visual post-cirugía: tratamiento mas usado en caso de estrabismos tras el daño cerebral.
4.6 Función acomodativa o de enfoque
Entre el 36 y 69% de pacientes tras daño cerebral presentan algún tipo de disfunción acomodativa. La principal disfunción acomodativa tras daño cerebral es la insuficiencia acomodativa, seguida de la inflexibilidad acomodativa y del exceso acomodativo. (Servicios optométricos de rehabilitación para supervivientes de lesión cerebral adquirida)
Aunque, en realidad, cualquier disfunción acomodativa puede ser vista como una alteración o pérdida de la habilidad de cambiar adecuadamente el enfoque al objeto sobre el que dirigimos la mirada, lo que implica una incapacidad para localizar los objetos en el lugar adecuado.
Hay que tener en cuenta también que muchos fármacos que utilizan los pacientes tras daño cerebral (antihipertensivos, antidepresivos, ansiolíticos y anticonvulsivos) presentan efectos secundarios que pueden interferir en la capacidad de enfoque.
El tratamiento más común en estos casos consiste en lentes para visión cercana y/o terapia visual.
4.7 Procesamiento visual: centro-periferia
Tal y como comenté en el post ¿Qué es la visión? La visión consta principalmente de 2 sistemas de procesamiento visual. El procesamiento visual central o focal, encargados de la visión en detalle y objetos estáticos y el procesamiento visual periférico o ambiente llevado encargado de la visión periférica y objetos en movimiento.
Los pacientes que sufren un daño cerebral, suelen presentar una escasa conciencia de la visión periférica lo que resulta en una mala localización y organización espacial. La función del procesamiento visual periférico, a través de la corriente dorsal, es combinar o integrar la información visual con otros sistemas sensoriomotores (vestibular, propioceptivo, auditivo..) (El rol de la neuro-rehabilitación optométrica)
Estos pacientes que presentan una limitada conciencia periférica, ponen su atención en los detalles en lugar de en la globalidad de la escena y como resultado refieren movimiento de objetos estáticos, como en el que puede experimentar cualquier persona en la ilusión óptica de la figura 6, pero estos pacientes lo refieren en su día a día constantemente y, también sienten sensación de agobio o perturbación en ambientes con muchos estímulos como aeropuertos, centros comerciales etc. ya que, ponen su atención en cada estímulo y no son capaces de ignorar la información visual sin importancia.

Como tratamiento a este limitado procesamiento periférico, los estudios hablan de dos posibles opciones de tratamiento: oclusiones binasales o prismas gemelos de baja potencia para mejorar la conciencia periférica y estabilizar así, la visión. (El rol de la neuro-rehabilitación optométrica)
Pero, sin duda, la herramienta más potente en estos casos también es la terapia visual, con el objetivo de mejorar la conciencia de la visión periférica, mejorando y trabajando tanto el procesamiento periférico como la relación centro-periferia para conseguir un procesamiento visual más óptimo y reducir al máximo estos síntomas.
4.8 Percepción visual
Como comenté al principio del post y también comenté en el post ¿Qué es la visión? Aproximadamente el 70% de la información sensorial que entra al cerebro está relacionada con la visión y hay mas de 90 vías neurológicas relacionadas en el procesamiento de la información visual.
Por dicho motivo, un daño cerebral puede afectar a diferentes habilidades de procesamiento, entre ellas a las habilidades visoperceptuales y por ello es importante evaluarlas tras un daño cerebral. Sin embargo, esta evaluación debe ser siempre posterior a la evaluación del estado refractivo y sensoriomotor del paciente, ya que si la entrada de la información visual no es buena, el procesamiento tampoco lo será.
Las habilidades visoperceptuales evaluadas son: discriminación visual, memoria visual, relaciones visoespaciales, constancia de forma, relación figura-fondo, cierre visual, esquema corporal, integración interhemisférica, integración visomotora y visoauditiva.
El único tratamiento y más potente para estos problemas es la terapia visual perceptual con el objetivo de crear estrategias para optimizar y mejorar el rendimiento en las tareas donde tenga la dificultad. (El rol de la neuro-rehabilitación optométrica)
4.9 Función visual-vestibular
La pérdida de equilibrio ocurre cuando se produce un desajuste entre los sistemas vestibular, visual y propioceptivo. Cuando tras un accidente cerebral se produce una disfunción del sistema vestibular, el sistema visual y propioceptivo se convierten en piezas claves para el mantenimiento del equilibrio. Problemas visuales de acomodación, binocularidad u oculomotor pueden agravar la disfunción vestibular, aumentando la sensación de desequilibrio.
En estos casos, el objetivo de la terapia visual es fortalecer al máximo el sistema visual para que confíe más en la información visual que vestibular para el mantenimiento del equilibrio.
4.10 Campo visual
La prevalencia de defectos de campo visual tras daño cerebral se encuentra entre el 32.5%.
Estudios encuentran que la mayoría de los casos de pérdida de campo tras daño cerebral se produce en ictus. Además, entre el 50-90% de los pacientes con pérdida de campo visual refieren problemas de lectura o, en menor medida, problemas en habilidades de exploración visual o para conducir. (La aparición de disfunciones oculares y visuales en una muestra de paciente con lesión cerebral adquirida)
En estos casos, prismas gemelos,con la base en la misma dirección del campo afectado suelen mejorar la conciencia periférica y el confort y seguridad en ciertas tareas.
Otras opciones de tratamiento para defectos de campo visual incluyen: Prismas de Fresnel parciales o de medio campo (Figura 7) para aumentar la conciencia del campo ciego y que le resulte al paciente más fácil rastrear ese lado. (Una cartilla para el manejo optométrico de la desatención espacial unilateral)

Especial atención merece el síndrome de desplazamiento de la línea media, que es observado en algunos pacientes con déficits de campo visual.
Estos pacientes muestran problemas posturales alejándose del lado afectado y, como consecuencia, refieren que el suelo está inclinado o que se hunde y/o que las paredes o el suelo parecen cambiar o moverse. Estos pacientes tienen graves problemas para subir y bajar escaleras. (El rol de la neuro-rehabilitación optométrica)
Otro posible síndrome a tener en cuenta tras un daño cerebral es el síndrome de negligencia visual, en los que los pacientes presentan inatención hacia una parte del campo visual (Figura 8) y estos pacientes suelen inclinarse alejándose del campo visual afectado. (El rol de la neuro-rehabilitación optométrica)

Los pacientes con síndrome de negligencia visual suelen mejorar en los 6 primeros meses tras el accidente cerebral y por tanto, en estos casos, es mas recomendable llevar un control que prescribir prismas gemelos desde el principio de la rehabilitación (Una cartilla para el manejo optométrico de la desatención espacial unilateral)
Los prismas gemelos en pacientes con desplazamiento de la línea media tras daño cerebral son eficaces mejorando la postura corporal. (El rol de la neuro-rehabilitación optométrica)
El objetivo principal en la terapia visual de defectos de campo visual es la enseñanza de estrategias compensatorias para mejorar los movimientos sacádicos exploratorios hacia el campo visual afectado y está demostrado que la terapia visual en estos pacientes mejora las habilidades de escaneo y búsqueda visual (Entrenamiento compensatorio del campo visual para pacientes con hemianopsia después de un accidente cerebrovascular)
En la literatura científica, también se describe una nueva modalidad de tratamiento llamada “terapia de restauración visual” (VRT) que pretende expandir el campo en estos pacientes a través de la estimulación binocular de las áreas adyacentes al campo visual afectado. Es decir, se estimula la línea de la hemianopsia donde se tiene visión residual. Se tratan de 6 meses de sesiones diarias de media hora en casa (Restauración de la visión mediante el entrenamiento de funciones residuales)
La mayoría de estudios que usan VRT demuestran mejoras subjetivas en las actividades diarias como leer, movilidad, procesamiento y atención visual. De media, en los estudios el campo visual se aumentó en 5 grados (Restauración de la visión mediante el entrenamiento de funciones residuales) (Terapia de restauración de la visión después de un daño cerebral: mejoras subjetivas de las actividades de la vida diaria y su relación con las ampliaciones del campo visual)
Ambos tratamientos (compensatorio o VRT) mejoran las actividades de la vida diaria afectadas por la pérdida de campo que requieren atención visual y procesamiento visual rápido. Como en cualquier caso de terapia visual, hay que repasar bien tanto los objetivos y las expectativas del paciente como su motivación para garantizar el éxito. (Entrenamiento compensatorio del campo visual para pacientes con hemianopsia después de un accidente cerebrovascular)
4.11 Fotosensibilidad
Los pacientes con fotosensibilidad no son fotofóbicos, ya que la fotofobia es consecuencia de inflamación ocular. En pacientes de daño cerebral, entre 30-60% de los traumatismos y entre el 18-30% de los accidentes cerebrovasculares presentan sintomas de sensibilidad a la luz. (Medicamentos prescritos a pacientes con lesión cerebral: un análisis retrospectivo)
En cuanto al tratamiento para estos pacientes, sin duda, el tratamiento de elección siempre serán los filtros CPF de corte selectivo. En estos casos, se deben probar todos los filtros en interiores, en tareas de lectura o televisión y en exteriores en zonas de sol y sombra. Además, en exteriores también se prueban combinaciones de filtros CPF con polarizados que en muchos pacientes resulta muy beneficioso, reduciendo el deslumbramiento y ganando en comodidad. Cada paciente puede sentirse cómodo con uno diferente, y puede ser el mismo en interiores y exteriores o diferentes, pero lo que está demostrado es que estos pacientes, con estos filtros mejoran, además de los síntomas de sensibilidad a la luz, la fluidez lectora y la sensibilidad al contraste (El rol de la neuro-rehabilitación optométrica)
4.12 Salud ocular
Las secuelas mas importantes a nivel ocular tras daño cerebral son ojo seco y blefaritis. La opción de tratamiento básica es la higiene y masaje de párpados con calor durante varios minutos dos veces al día y la instilación de lágrimas artificiales a demanda. En los casos de ojo seco severo se puede necesitar el uso de gel lubricante por las noches, ya que produce borrosidad pero se mantiene más en la superficie ocular. (Hallazgos neurooftalmológicos en traumatismo craneoencefálico)
En cualquier caso, el papel del optometrista ante cualquiera de estas disfunciones es la derivación al oftalmólogo.
5. Conclusiones finales
Cómo habéis podido comprobar tanto en la lectura del post como en la historia de Helene, un daño cerebral adquirido puede afectar a infinidad de áreas relacionadas con la visión y limitar la calidad de vida de estos pacientes y, afortunadamente, desde la optometría y la terapia visual podemos detectar las habilidades visuales afectadas y compensar con infinidad de herramientas dichas dificultades.
¿y tú? ¿Sabías cómo podía afectar un daño cerebral adquirido a la visión? ¿Te has sentido identificado con algunos de los síntomas? ¿Sabías que se puede hacer mucho más que poner una gafa para “ver más” en estos casos? Por favor, házmelo saber en los comentarios.
D. Alvaro me encanta tu trabajo.
Un cordial saludo desde Zaragoza
Carlos Fantova
Optometrista Comportamental
Muchas gracias Carlos, tener a compañeros como tú interesados en mi contenido y mi forma de ver la optometría es siempre un orgullo.
Gracias Álvaro por este nuevo post siempre tan completo con estas referencias que nos das tan utiles. Por desgracia hay mucha gente con estos problemas y es importante que sepan que la optometeia puede ayudarles, gracias por hacer publico este caso y así seguro poder ayudar a mas gente.Muchisimas gracias y estamos esperando al próximo.
Muchas Gracias Sara por tu interés y tu tiempo en leer mi contenido. Es la energía que me mueve. Dar a conocer entre compañeros y a toda la sociedad de la importancia de nuestra labor y que la visión va mucho mas allá de una agudeza visual del 100%.
Me gustaría conversar con usted u saber más sobre la terapia tengo un hermano que subrio un accidente traumatismo frontal y ver y seguir la guía de tratamiento presenta visión oscura pero a la ves poca densidad de luz
Buenos días Brahian, en primer lugar, agradecerte tu tiempo e interés en el contenido del blog.
En cuanto a lo que comentas, si quieres una opinión mía de tu caso en concreto, te animo a contratar el servicio de la web de «Consulta online para pacientes».
Te adjunto enlace:
Un saludo y gracias.
Hola Álvaro,
Me ha encantado el post.
Nadie da ninguna información sobre muchas cosas de las que comentas, cuando por desgracia hay un daño cerebral, así que gracias!
He llegado aquí buscando una duda concreta para la que no consigo encontrar ninguna respuesta.
Mi madre ha sufrido una hemorragia cerebral hace casi un año y hay días que tiene una pupila muy pequeña. Le pasa a veces, pero mi sensación es que los días que pasa su estado cognitivo es un poco peor. También tiene una válvula para la hidrocefalia.
No encuentro ninguna explicación en Internet y la verdad a nivel médico tampoco se dan respuestas.
Mil gracias por toda la información, un saludo!
Mil gracias Elena por tu comentario, tu tiempo e interés en este asunto, que por desgracia, como bien dices, hay mucha desinformación. Desde ver para crecer intentamos justamente esto, dar luz a aquellas personas y familiares que sufren un daño cerebral adquirido, les afecta a la visión pero no saben qué hacer o a quién acudir. Me alegro que te haya servido y cualquier duda no dudes en consultarme en info@ver-para-crecer.com
Saludos y gracias de nuevo.